Paseo nocturno [Libre]

¡Si! ¡Hoy es domingo! El domingo era mi día favorito ¿Porqué? Mi madre iba a hacer las compras semanales a las 9 de la noche y siempre se quedaba un rato en casa de la abuela a ver películas de amor, por lo que contrataba a mi vecina Eileen como niñera y ella venía con su novio a ver películas para adultos, aunque ellos tienen 16.- Eileen, voy a la playa -
El novio de mi niñera me dirijió una sonrisa pícara, feliz de que me fuera, y hasta me abrió la puerta.
Me fui hacia la playa entre las rocas con un short blanco, mis clásicas sandalias y una playera morada con una campera atada a la cintura por si acaso, ya que solía hacer frío al caer el sol.
Por mi cabeza flotaba la idea de meterme al mar, pero temía que alguien me descubriera con mi gran cola turquesa de sirena.
Luego de caminar unos minutos me descalcé para poder sentir la suave arena en mis pies, pero despues de caminar un buen tiempo en línea recta cerca de la orilla, no ví una piedra y tropecé raspándome la rodilla, la cual comenzó a sangrar un poco.
Me senté mas lejos de la orilla y revisé la herida, pero algo desvió mi atención; Alguien a lo lejos venía en mi dirección, no tenía idea de quien se trataba, pero la verdad es que no estaba demasiado preocupada sobre quién era.

Mantuve la vista en el mar para no ver la herida; Era solo una lastimadura común y sangraba poco, pero el olor a sangre me mareaba y en mi mente parecía que esa pequeña herida era igual a la mordida de una piraña.
Algo volvió a captar mi atención, era la misma figura que se acercaba antes a lo lejos, solo que ahora era una chica de cabello rubio y estaba segura que venía hacia mi.
Al acercarse del todo me saludó y preguntó si estaba bien. No sabía si decirle que si o que no, ya que me dolía pero no era tampoco una herida para que llamase a un paramédico.
- Oh, hola - Mi voz tenía el clásico entusiasmo de siempre sin importar la situación.
- Si, estoy bien. Es solo una raspada, siempre me pasa - Hablé con mi tierna sonrisa de despreocupación, empezaba a volver mi lado racional mostrándome que iba a curarme pronto.
Me paré con facilidad sin borrar mi sonrisa y ahora mi voz resonó con mas gracia. Gracias por preguntar -

La niña era por de mas adorable y parecía estar bien, aunque la rodilla sangraba no era mas que un rasguño, nada que una curita no arreglara, le sonreí de vuelta porque su sonrisa era contagiosa. -De nada - dije mientras miraba al rededor, eran cerca de las ocho y aunque no fuera experta en el tema de los niños, estaba segura de que la pequeña no debería estar a esta hora por la playa.

Regrese mi mirada a ella y pregunte sin miramientos. -Estas sola? - no pude evitar que en mi voz se notara la sorpresa porque no había visto a nadie a parte de nosotras. Ella parecía estar mejor, aunque seguía sentada en la arena, por suerte a esta hora la marea estaba baje y el mar se retiraba un poco, así que no tenia que preocuparme por mojarme y tener que salir corriendo.