Una Tarde Soleda {Rikki Chadwick}

-Pase – dije algo bastante dormida aun. Anoche me había desvelado mirando la televisión como no hacia desde pequeña o con Kim en esos tiempos que era una pequeña tierna. Estaba recostada en mi cama con el cubre cama cubriéndome el rostro hasta la nuca, quizá no tenia frio pero aun así era costumbre dormir bien abrigada. La puerta de mi cuarto se abrió lentamente dejando escuchar el chillido de esta.
-Hola cariño – era la voz de mi padre. – te traje el desayuno – lleve ambas manos a mi rostro y refregué mis ojos. Un luz cegadora cubrió toda la habitación, era mas que obvio que mi padre había abierto las cortinas en par en par, solté un leve gemido y me acomode en mi cama mientras el se acercaba a mi posando una bandeja de madera con una tasa de te, una botella de agua y unas tostadas con queso. Sin decir una palabra le pegue un mordisco a una tostada. -Escucha cariño - era obvio cada vez que hacia así era para darme o una mala noticia o pedirme perdón por algo.. – mañana con Samantha vamos a salir de viaje y Kim se ira con tu prima de viaje pro unos días – lo observaba callada mientras el seguía hablando y tomaba la botella de agua. - ¿crees que puedes quedarte sola por unos días? – ¡era increíble! Recuerdo la ultima vez que me dejaron sola en la casa por unos días, justo en ese entonces era época de Luna llena.. y no termino bien la cosa. En ese momento siento algo humero en el brazo. Abro los ojos impresionada y me encuentro con unas gotas de agua sobre mi que le había caído a mi padre mientras abría la botella. Di un salto de la cama y corrí al baño desesperada.

– ¡Claro si! ¡Ya vengo! – exclame alterada mientras corría lo mas rápido que podía al baño junto a mi cuarto.. 6..5..4.. cerré la puerta con seguro – 1.. – susurre y caí al suelo pues mis piernas había desaparecido para suplantarse por una larga y pesada cola.

-¿Cleo? ¿Hija? ¿Estas bien? – mi padre tocaba la puerta, mientras escuchaba la voz de Samantha, mi madrastra, preguntar que pasaba mientras mi padre le explicaba que había escuchado un golpe.

-¡Estoy bien! – exclame, mientras me arrastraba buscando el secador de pelo. Lo enchufe como puse y empecé a secarme la cola y luego mi cuerpo, cuando mis piernas volvieron Salí del baño con una sonrisa. – Voy a salir – les dije con una sonrisa bastante falsa. Cuando ya no me vieron revolee los ojos y solté un suspiro sin poder evitarlo. Me cambie con una bikini y un short recogí el celular mientras le mandaba un mensaje a Rikki de encontrarnos en la playa y me dirigí para allí.

Empecé a vagar por las calles desiertas del lugar, era increíble la poca gente que estaba fuera de sus casas a estas horas, agarre mi celular y me fije la hora y eso lo explicaba, hasta la gente como Emma todavía se estaba despertando a estas horas. Negué con la cabeza y lo guarde en el bolsillo delantero del short con una sonrisa algo picara y burlona en mi rostro.

Cuando llegue a la playa me descalcé, tome mi calzado dejando mis pies descalzos en la arena, era una sensación realmente agradable hundir todo el pie entre los granos de la arena aunque claramente no se comparaban con nadar en los arrecifes, jugar con delfines, buscar caracoles entre otras cosas que felizmente compartía con Emma Rikki y Bella.

Seguía caminando por la orilla del mar siempre cuidadosa que el agua no me tocase, entonces pude divisar la figura tan conocida para mi ahora, una joven con el cabello rubio y alborotado, jugando concentradamente con una piedrita, solté un risa animada y me acerque a ella decididamente.

-Rikki – dije con una sonrisa. – me ganaste – brome. Lleve una de mis manos a mi rostro acomodando un mechon de cabello detrás de la oreja y los anteojos de sol. - ¿caminamos?– por lo que podía ver la playa estaba tan desolada como las calles de Costa Dorada - ¿o nadamos? – agregue divertida luego de un par de segundos. Mi turno en el Parque Marino no era hasta la tarde asique tenia buen rato del dia libre y quería disfrutarlo.

Solté otra risa animada mientras subí mis lentes a la cabeza dejando mi rostro la luz del sol de la mañana. – Creo que necesito un bronceado – dije mas para mi que para ella, pasear de que le tono de voz que había usado había sido algo alto. - ¿Siempre Rikki? ¿Enserio? – arque una ceja y sonreí cariñosamente. Mire a mi alrededor para luego detener mi vista en charcho entre las rocas donde la piedrita con la que la rubia jugaba hace unos minutos había caído salpicando un poco, instintivamente di un par de pasos al costado alejando me de allí, ya había aprendido mi lección semanas atrás cuando uno niños jugaban con la pelota y la tiraron justo a mi lado en uno de esos charcos que se armaban entre rocas o la arena cuando la marea sube o los dias de lluvia también.

-A nadar se a dicho entonces – dije en un tono coqueto dirigiendo mi rostro hacia mi hombro izquierdo y dedicándole a Rikki una mirada divertida. Hoy, pasar del momento alterador de la mañana, estaba de buen humor. Sera por que estaba con Rikki lo cual no pasaba hace un par de dias pues to que siempre estábamos de a tres o las cuatro, o quizá por que la noticia de tener la casa para mi sola me había alegrado el dia ¡la semana! Imite a mi amiga dejando el short en un rocha, el celular, y loa anteojo, dejándome solo un lindo Bikini rosado el cual me había comprado a hace ya varios meses. Corri junto a Rikki en dirección a la orilla con una gran sonrisa plasmada en mi rostro.

Empecé a correr divertida y feliz de hacerlo hacia la orilla, debía de admitir que ser sirena era difícil.. cuidarme del agua todo el tiempo, que nadie se entere de mi secreto ni siquiera mi familia.. y a pesar de que me gustaría decirles Kim ya me había dado un adelanto de lo que pasaría si ella supiera la verdad aquel día del concurso del mar cuando me quiso mojar frente a todos para demostrarle lo que era claro que no se salió con la suya y al final termino con esas ideas tontas pero ciertas que yo fuese una sirena, pero momentos así valían la pena.

Sentí como la arena empezaba a humedecerse hasta quedar recta bajo mis pies, el agua empezó hacerse presente, cubrió pies, mis tobillos y parte de mis piernas, todo en menos de diez segundos, increíble, reí, mire a Rikki y cruzamos una mirada divertida antes de unir mis manos sobre mi cabeza y saltar lazándome a las holas del mar, sentí como mis piernas desaparecieron dejándole lugar a una hermosa y ya querida cola de escamas doradas. Con la sonrisa todavía presente en mis labios comencé a moverme nadando, avance hacia adelante sintiendo por unos segundos agua sobre mi piel y mis cabellos para luego ya ser parte de ella como otras mil veces mas había pasado. Comencé adentrarme cada vez mas en el mar ya prácticamente sin saber en que parte estaba, debes en cuando sentia como mi cola salía a la superficie asomando la punta y volvía a ingresar para ir a lo profundo rozando la yema de mis dedos con la arena. Me quede en el lugar, moviendo mis manos a los costados buscando a Rikki con la mirada.

Seguía moviéndome con lentitud en el mar, plácidamente mi cola se movía dejando un rastro de burbujas tras mio cuando aceleraba y luego desaparecía cuando empezaba a nadar junto a los peces.. Quería jugar con un delfín pues hace bastante que no lo hacia. Con Ronnie, el delfín del acuario el cual yo entrenaba, habías creado una relación especial le había tomado cariño y afecto y cuando nadie observaba y estábamos con la zona cerrada solía meterme a su estanque.. pero últimamente con todas estas personas nuevas en el pueblo, con gente metiendo sus narices por la Isla Mako me resultaba bastante peligroso hacerlo por lo que nada con un Ronnie me era imposible. Encontré un pez hermoso mientras daba vueltos y volteretas en el agua, era en catador de verdad sonreí picaramente pero luego me vino a la mente aquella vez que recogí un pez del arrecife y un biólogo empezó a investigarnos, Cleo no, no estamos para esos problemas, me dije a mi misma y me aleje de el para no caer en la tentación. Empece a dar vueltas, moviendo mi cola con estilo si así podría decirse hasta que vi a Rikki subir a la superficie y me di cuenta como el aire se agotaba en mi, cerré los ojos y asome la cabeza en el exterior para volver a respirar.

- Hermoso - dije. Mire a la nada de nuestro al rededor. Y me impresione en verdad hasta donde habíamos llegado. El mar nos rodeaba por completo no se veía la costa, no se veía Mako, no se veía nada. Pero si podía ver un bote.. este no tenia un nombre.. o no podía verlo al menos, cuando mas se acercaba menos aun bote se parecía. Mire a Rikki con alarma en mis mirada y me sumergí de nuevo para que este no nos viera. Me planche en el agua observando para parte de abajo del bote con atención mientras este pasaba sobre nosotras, volví a salir para ver la parte trasera de aquello y mis sospechas se afirmaron, era aquella casa rodante que habíamos visto mas de una vez en Mako. Sin saber que hacer mire a Rikki esperando que dijera algo. ¿es que se estarían dirigiendo a la isla Mako?